UNION Y PROGRESO ANTE LA PANDEMIA COVID-19 EN VENEZUELA
“Se requiere de una campaña de vacunación masiva,
para contrarrestar la posibilidad real
de un desbordamiento incontrolable de la pandemia COVID-19 en el país.”
En
diciembre del año 2019, se desata, en la Ciudad China Wuhan, una epidemia que
sería el inicio de un hito histórico para la humanidad: la pandemia COVID-19.
Entre enero de 2020 y marzo del mismo año, los casos reportados de la
enfermedad causada por el virus SARS COV-2, pasaron de 555 a 782.365, afectando
a más de 100 países. El ascenso exponencial en el número de casos, trajo
consigo la saturación y posterior desborde de las capacidades de asistencia
sanitaria, en varios países de Europa, algunas ciudades de Norte América y en otros
tantos países de América Latina.
La
detección de los primeros casos en Venezuela, reportados el 13 de marzo de
2020, motivó que el Gobierno Nacional decretara una cuarentena radical, bajo el
lema mundialmente generalizado de “Quédate
en Casa”; una acción que sin duda, contribuyó a que la curva acumulativa de
casos no tuviese una pendiente muy empinada. Tal acción, en dicho momento, se
adopta en una nación sumida en una profunda crisis económica, azotada por la
hiperinflación y el desempleo, por el decrecimiento económico sostenido, por el
deterioro marcado de los servicios públicos, por el paro profundo de la
actividad productiva y comercial. En el año 2019, el decrecimiento económico, fue
de -25 % del PIB. En consecuencia, la percepción de las consecuencias de la cuarentena radical sobre la actividad
económica, se encontró mitigada, debido a que desde hacía varios años, cada vez
más negocios habían cerrado sus puertas, un número creciente de empleados
públicos no asistía a sus trabajos o lo hacía escalonadamente, con horario
restringido, motivado por la crisis en el transporte público terrestre, la
escases de efectivo, el colapso en el transporte subterráneo, la crisis de la
energía eléctrica. En fin, la pandemia del COVID-19 se instalaba en un país
afectado por una crisis económica y social, con carácter endémico. Ello, junto
con el comprensible shock emocional ante la incertidumbre, más la esperanza,
siempre presente, de una resolución a corto plazo de la pandemia, fue el
determinante fundamental, -antes que una conducta consciente y voluntaria- de la
aceptación, a modo de resignación, del confinamiento prolongado, el cual
permitió mantener la curva acumulativa de casos relativamente aplanada y por lo
tanto, el no desbordamiento de las capacidades del sistema de asistencia
sanitario nacional, estructuralmente afectado por la escases de recursos, la
deserción y migración significativa de profesionales y técnicos con alta
capacitación y el deterioro creciente de la planta física.
Publicitariamente,
el Gobierno Nacional, hizo alarde de su estrategia para enfrentar la pandemia,
mediante la comparación de lo sucedido en otras naciones del orbe, con la “poca
incidencia” de casos en Venezuela; una realidad aparente, habida cuenta de que
desde los inicios de dicho evento en nuestro país, la escases de las llamadas
pruebas rápidas y de las pruebas confirmatorias, denominadas PCR (reacción en
cadena de polimerasas)ha sido una constante, lo cual se traduce en un
subregistro de casos, acumulativo y creciente, mayor a partir del segundo
trimestre del año 2020. En la actualidad, la saturación de las instituciones de
salud, públicas y privadas, con casos de COVID-19, contrasta con los reportes
diarios oficiales, según los cuales la cantidad de nuevos casos por día, en el
territorio nacional, oscila alrededor de 500. Estamos padeciendo una importante
oleada de casos, producto de las erráticas políticas oficiales, como fue la “flexibilización ampliada” en las
pasadas fechas festivas de carnaval, cuando insólitamente se permitió el desplazamiento
y la aglomeración masiva de personas en playas, clubes y condominios
vacacionales. El actual aumento explosivo de casos es el resultado de la
relajación de las normas preventivas por parte del Ejecutivo Nacional, antes
que a la mayor transmisibilidad atribuida a la recientemente publicitada “cepa
brasileña” (variante P1) la cual ya se ha identificado en algunos casos en
Venezuela.
Estamos
frente a una situación alarmante, la capacidad del sistema asistencial nacional
se está saturando. Cada día proliferan las personas quienes, afectadas por la
enfermedad, deben resignarse a quedarse en sus hogares, con todos los riesgos
del caso. Por ello, la vacunación masiva
es una necesidad urgente. El Gobierno Nacional debe propiciar la mayor
cooperación posible para lograr ese objetivo. Son necesarias algunas medidas
con carácter prioritario:
·
Acelerar y profundizar la
inmunización del personal de salud: médico, de enfermería, técnico y
administrativo.
·
Vacunar masivamente al personal
docente y a los estudiantes, con edades de 18 años o más (los estudios se han
realizado en este tipo de población).
·
Priorizar a la población de mayor
riesgo: adultos mayores, pacientes con diabetes, con enfermedad crónica
pulmonar, entre otros.
·
Levantar una base de datos, con
los trabajadores de las empresas públicas y privadas y canalizar la campaña de
vacunación a través de las mismas.
·
Certificar y autorizar a los
centros de salud privados, capacitados, para la realización y reporte de las
pruebas confirmatorias PCR, en coordinación con las autoridades de salud, para
potenciar las capacidades diagnósticas del sistema nacional de salud.
·
Permitir que, con la buena pro y
la colaboración del Estado, centros privados de salud y compañías privadas,
puedan comprar lotes de vacunas aprobadas, para la vacunación de su personal y los
familiares del mismo.
·
Programar una jornada intensiva de
vacunación masiva, teniendo como base los centros electorales y sus respectivos
padrones electorales, para habilitarlos como centros de vacunación en la
respectiva campaña.
Sólo
una campaña de vacunación masiva, combinada con una profundización en la
información y la concientización, puede contrarrestar la posibilidad real de un
desbordamiento incontrolable de la pandemia COVID-19 en Venezuela.
Por
la Dirección Nacional
Enrique Fermín @EnriqueFerminM1. 4123271970.
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