La Educación en Venezuela. Pasar por Asistencia
La Educación en Venezuela. Pasar por Asistencia |
“Al observar más de cerca, se hace evidente que
cada fuerte aumento de poder en la esfera pública,
ya sea de naturaleza política o religiosa, infecta
a una gran parte de la humanidad con la estupidez”.
La teoría de La Estupidez. Dietrich Bonhoeffer
Caracas 10/07/23.- En algún momento de su
historia Venezuela tuvo la mejor Educación Pública de la región. Pero el colapso
previsible del modelo petrolero rentista (iniciado en la IV y profundizado por
la V república), obligaba a cambios de paradigmas, estrategias, modelos y no se
hizo. En estos 24 años la opción fue "Vender el sofá" y hoy sufrimos
sus pésimas consecuencias
Un sábado, 26/05/2007, el ministro de Educación,
para la época, Luis Acuña anunciaba con orgullo revolucionario "Eliminada
la Prueba de Aptitud Académica, todos los estudiantes tendrán acceso", la
excusa, la enorme disparidad en los resultados, los bajos niveles de aprobación
de la gran mayoría, lo cual según ellos (revolucionarios socialistas)
implicaba que, de no eliminar las pruebas de admisión, se profundizará la
desigualdad, en tanto muy pocos calificarían para ingresar a las distintas universidades,
escuelas técnicas y con ello a los distintos escenarios de riqueza y poder que,
dicho proceso acenso por meritocracia, calidad, suficiencia, significaba, esto
implicaba la consolidación de futuras élites, de nuevos grupos de mejores
distintos a ellos, se dejó de lado el objetivo de formar una masa obrera con
alta cualificación, técnica, profesional y cultural, de construir un país
competitivo, en permanente evolución y por ende, intentar evitar el riesgo
permanente del desplazamiento de los mediocres, de los aventureros y
filibusteros en posiciones del poder.
No intentaron, procuraron el desarrollo de una
verdadera una revolución educativa que implicaría mejorar significativamente,
cualitativamente los procesos de enseñanza-aprendizaje, resolver estructuralmente
y competitivamente la construcción de la plantilla de formadores, educadores,
dotándolos de condiciones e ingresos suficientes que los convirtieran en la
punta de lanza para horadar la ignorancia e impulsar el país por los caminos
del desarrollo, la productividad y el bienestar. El plan, los objetivos no era
plagar al país, de escuelas, instituciones educativas diversificadas, de
distintos y cualificados niveles, con condiciones óptimas, sino de cuarteles,
de espacios de adoctrinamiento y procurar la masificación de su propuesta
política, por supuesto promover la creación de más cuarteles y estimular la
emigración (la fuga de talentos, sino comparten nuestros fines y objetivos,
váyanse y se fueron), la inteligencia crítica, la mayor y mejor educación se
convirtieron en su gran enemigo y había que derrotar.
Venezuela, antes del desarrollo de la industria del
petróleo era un país con un precario desarrollo agrícola, rural, casi
semifeudal, lleno de caudillos que producía café, cacao y reses, para
canjearlos por oro —el patrón dominante de la época era el oro— y así poder
importar, comprar lo que no producimos. Siempre exportamos materias primas.
Siempre hemos sido rentistas, vivir del estado se convirtió en objetivo
apetecible (Estado rentista es un término usado en política
para designar a países cuyos ingresos derivan de actividades económicas no
productivas), desde la época de la colonia, relación que se profundizó con el
desarrollo de la república en Venezuela.
La evolución de la Educación en Venezuela se
realizó de forma lenta. Desde el inicio del siglo XX y hasta finalizada la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1948-58), es decir, la educación no era
masiva ni cualificada. La
Venezuela petrolera en medio siglo pasó de 1.000 estudiantes en tres o cuatro
universidades a un millón (1.000.000) en un centenar de universidades públicas
y privadas. La educación venezolana
presentó una expansión espectacular, estimulado por un proceso de masificación
educativa que se tornó favorable y aumentó el acceso a la educación de forma
notoria para todas las clases sociales del país (producto de consolidación
del proyecto democrático y gracias por supuesto a los ingresos petroleros).
Pero el salto cuantitativo no implicó la misma
proporción cualitativa, el ciclo de alzas y bajas de los precios del petróleo,
altas importaciones (la enfermedad holandesa), la estatización de las
industrias fundamentales, el poco desarrollo aguas abajo, pocas exportaciones
por magro desarrollo productivo, competitivo en lo industrial, en aquellas
áreas distintas a las petroleras, las dificultades para alcanzar
sustentabilidad y un desarrollo económico, armónico, competitivo, generaron
igualmente problemas aguas abajo: se incrementaron los déficits cognitivos, de
aprendizaje en las áreas lógicas, de lenguaje, gramática, lectura, comprensión
lectora, matemáticas, física, química, geología, en general en el área de
investigación científica, pero también en las áreas humanísticas, literatura,
idiomas, castellano, geografía, historia, el desarrollo exponencial del
conocimiento, la información, la investigación y la tecnología nos estaba
dejando atrás.
En la década de los años 80 y 90, Venezuela
requería importantes cambios, pero no supimos o no quisimos hacerlos y se abrió
la caja de pandora, regresó el caudillismo militarista y con él lo peor de la
Venezuela feudal, el zarismo socialista. Y en la década del 2000 los problemas
lejos de resolverse en estos 23 años, se multiplicaron. Se requerían soluciones
inteligentes, cambios importantes y los nuevos amos del valle decidieron
“Vender el Sofá” se escogió el camino del menor esfuerzo, el populista
"Graduación por Asistencia". Los últimos serán los primeros, se
prohíbe la meritocracia. La revolución de los mediocres se consolida.
Los magros ingresos y las precarias condiciones de
docentes, escuelas, de toda la institucionalidad educativa, en general el
proceso el deslave y reducción del tejido productivo, industrial, agrícola y
económico del país, forman parte de la misma ecuación, el corsé ideológico del
modelo Pol Pot, destruir todo lo viejo y comenzar desde los cimientos a
construir el “mundo nuevo” que, tan trágicos resultados ocasionaron.
Nunca será tarde para rectificar errores y corregir
entuertos, los Chinos lo lograron luego de la muerte de Mao, nosotros no
corrimos la misma suerte luego de la muerte de Chávez, todo parece indicar que
este triste y terrible ciclo está llegando a su final, por eso vale recordar:
Solo con el conocimiento de nuestras falencias y la madurez suficiente para
aplicar las medidas correctivas necesarias, permitirá que pudiéramos acceder un
mejor futuro para las generaciones de hoy y mañana, por qué pareciera que el
presente lo perdimos y si no nos apuramos, hacemos las cosas mejor, bien, se impulsan
los cambios requeridos que, muchos de los mejores que se fueron regresen,
retomemos la institucionalidad democrática, aun así tardaremos mucho para
llegar efectivamente al siglo XXI.
Angel Cacique. caciquecatia@gmail.com, @angelcacique. Teléfono: 0424-168.53.07
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