miércoles, 29 de enero de 2020

La Pobreza en Venezuela no es Virtual y hacen falta algo más que buenos deseos para superarla.



Cristóbal Domínguez. La orden  de los Frailes carmelitas descalzos tiene 65 años en los Frailes de Catia formando mejores ciudadanos en la Escuela Niño Jesús de Praga y desde hace 3 años  con la Olla Comunitaria están intentando sustentar alimentariamente a los escuálidos cuerpos de sus feligreses.






Caracas 29/01/2020.- Cuenta el Fraile Carmelita descalzo Cristóbal Domínguez que la Olla comunitaria fue una iniciativa que arrancó en septiembre del año 2016, en las instalaciones de la Iglesia San José Obrero en los Frailes de Catia al constatar la disminución de talla y peso de su feligresía,  principalmente de los educadores y niños asistentes tanto a las actividades de la iglesia como a las educativas en la escuela Niño Jesús de Praga. Preocupados se ocuparon en conjunto con Cáritas y un grupo de voluntarios entusiastas y dispuestos a ayudar a los más necesitados para asumir la difícil tarea de mantener la ya precaria calidad de vida existente y procurar que los niños asistentes a la escuela desarrollaran las habilidades necesarias que eventualmente la garantizarían competitividad y suficiencia en el complejo sigo XXI en desarrollo.

En este mes de enero 2020, se atienden 100 personas los días viernes, un grupo compuesto fundamentalmente por los educadores, los trabajadores, voluntarios y niños de la escuela Niño Jesús de Praga, comenta el Fraile Cristóbal Domínguez que los días domingo, luego de la misa de once atienden entre 500 y 750 personas, la gran mayoría de ellos integrantes de la 3era edad y a las familias de los niños que han detectado que presentan graves déficit de talla y peso. Cuentan, para tan ejemplar labor con el apoyo solidario, dado la inflación y los costos dolarizados  existentes en Venezuela, con un grupo de amigos y feligreses que hacen posible la continuación de dicha actividad, por supuesto recibiendo siempre  el gran auxilio de Cáritas para poder adquirir las verduras y las proteínas (Carne y Pollo) imprescindibles para garantizar un buen sabor, la calidad y el valor nutritivo de la alimentación que proporcionan.  

La multiplicación y expansión de la pobreza era ya un problema no resuelto en la Venezuela rentista del siglo XX, los ciclos de variabilidad de los precios de su casi único producto de exportación, el crudo petrolero, generaban un tobogán de subidas y bajadas que implicaban ciclos de prosperidad y miseria  alternantes que, se combinaban estructuralmente con una sociedad frágil y  un estamento político incapaz de desarrollar instituciones sólidas, lo cual les imposibilitaba construir un modelo democrático eficaz. La incapacidad para lograr la consolidación de mecanismos económicos productivos, competitivos, sustentables y simultáneamente vinculados de un sistema judicial confiable y justo, condenaba lamentablemente a la sociedad venezolana a la profundización del populismo, el militarismo y por ende a la multiplicación de la pobreza y la violencia social.

La pobreza estructural constante venía siendo una asignatura pendiente en los primeros 40 años de la democracia, luego de lograrse el derrocamiento de la dictadura un 23 de enero del año 1958, el pacto de punto fijo logró, transitoriamente una frágil estabilidad política  en las primeras etapas del sistema democrático en Venezuela pero, la ruptura del pacto social, con el fenómeno denominado el Caracazo (1989) y los sucesivos Golpes de estado (1992), evidenciaron la incapacidad de avanzar en la reforma real de un estado que se caracterizaba por ser incapaz y corrupto, abriendo la caja de pandora  de los grandes males que, lamentablemente no se resolvieron y que al contrario al no hacerlo implicaron la profundización del modelo estatista, populista, militarista y obviamente cada vez más antidemocrático que hoy nos “Gobierna”.

Hoy la agudización de los problemas sociales, según lo reflejan los sucesivos estudios




Encovi (Encuesta nacional de condiciones de Vida) y todos los indicadores estadísticos nacionales e internacionales reflejan la multiplicación y profundización de los graves problemas económico en Venezuela. La progresiva  e indetenible dolarización informal de la economía, la imposibilidad del Banco Central de Venezuela (BCV) de controlar y regular la economía nacional, nos coloca en la vía de la proliferación de las ollas comunitarias para intentar paliar el desastre país, estamos en un “nación” donde los servicios públicos son cada vez más precarios y la calidad de vida se deteriora exponencialmente, lo cual ampliarán las grandes diferencias que se evidencian en el ya deteriorado tejido social en Venezuela.

Por eso es tan importante la tenacidad y compromiso del equipo que hace posible atenuar la agudización de la crisis humanitaria compleja en Venezuela, con una suculenta comida semanal.  Siempre es mejor poco que nada. Gracias Padre Cristóbal Domínguez, Gracias Cáritas ya todo el equipo de voluntarios que hace posible que no muera la esperanza.  


Cristóbal Domínguez. 04141001670 / 04141124019.

Angel Cacique. caciquecatia@gmail.com. @angelcacique. 04241685307.



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