viernes, 21 de octubre de 2016

Ha Muerto la Asamblea Nacional. Viva la Asamblea Nacional. Ha muerto la República. Viva Venezuela


Lo que no pudieron lograr con las armas el 4F y el 27N (1992), ni luego de 17 años de fracasada gestión gubernamental, pretenden hacerlo ahora violando la constitución (TSJ) y aplicando golpes judiciales (octubre 2016) para intentar acabar definitivamente con la República.

Caracas 15/10/16. Horas aciagas y trágicas atraviesa la república de Venezuela, la formalidad democrática apenas sostenida frágilmente en los últimos diecisiete años, se debilita aún más este mes de octubre del año 2016, el desconocimiento de la voluntad mayoritaria de los electores venezolanos expresada el 6 de diciembre del año 2015, mediante las cuales se les retiro el apoyo popular (deslegitimó) al gobierno del presidente Maduro, al elegir el 75% (las tres cuartas partes) la mayoría absoluta para los diputados de los factores democráticos del país aglutinados alrededor de la MUD, esta mayoría electoral y popular quedo desconocida por una sentencia irrita por parte del TSJ, al eximirlo, desconocer de sus responsabilidades, competencias contraloras y constitucionales para conocer y aprobar el presupuesto de la nación 2016-2017.

La suspensión de la representación parlamentarias del estado Amazonas, al desconocer la elección de sus tres representantes elegidos mayoritariamente e intentar impedir su juramentación, valiéndose de artimañas judiciales y argumentos reñidos con el texto constitucional y la realidad electoral del país, más del 80% de la población venezolana rechaza de manera sistemática, según lo reflejan la totalidad de las encuestas y estudios de opinión (oficiales y privados, nacionales y extranjeros), la gestión y políticas seguidas por el actual régimen, para así intentar desconocer las acciones y decisiones que de manera consiente y voluntaria los venezolanos le habíamos otorgado a la Asamblea Nacional.

En la búsqueda de construir soluciones pacíficas, constitucionales y democráticas se apeló a lo establecido en la constitución aprobada en el año 99 (proceso constituyente liderado mayoritariamente por representantes del oficialismo), la cual establece la posibilidad de revocar el mandato presidencial a la mitad del periodo y en tal sentido, a pesar de todas las trabas y obstáculos colocados por la institución llamada a garantizar los derechos electorales de los venezolanos (CNE) y se procedió a recorrer el vía crucis que implicaba su realización.

Ahora cumplidos al extremo todos los requisitos y prerrequisitos establecidos por los reglamentos y decisiones amañadas del poder electoral, más interesado en impedirlo que facilitarlo, para así evitar que el pueblo que los eligió en un momento histórico determinado tanga la legitima opción democrática y constitucional de salir de ellos, se pretende nuevamente impedir judicialmente, que los días 26, 27 y 28 de octubre de este año, fecha en que nos corresponde culminar la fase final del procedimiento establecido para lograr el 20% a nivel nacional de las manifestaciones de voluntad necesarias para tal fin, se concrete efectivamente, regresarnos al punto inicial o impedirlo definitivamente.

En la oscuridad del palacio, aislados de la tradición Bolivariana y republicana del país, totalmente a espaldas del sentimiento nacional que aspira una solución pacífica, democrática y constitucional a la profunda crisis moral, social, política y económica que atraviesa Venezuela, el TSJ y oscuros tribunales proceden, siguiendo instrucciones del PSUV, a evitar la realización de la fase que permitiría que más de nueve millones de venezolanos, muchísimas más de las manifestaciones de voluntad realmente necesarias según la ley para revocarlo electoralmente, expresen mediante la colocación de sus huellas dactilares y firmas, su decisión definitiva de cambio. 

En tal sentido fieles a la tradición republicana e imbuidos de fuertes sentimientos y compromisos democráticos y constitucionales, convencidos que los poderes ejecutivo y legislativo nacen y emanan de la decisión mayoritaria de todos los venezolanos y que los otros poderes son derivados de él, que el rescate de la institucionalidad constitucional y democrática  solo será realidad efectivamente con el compromiso y acción de la venezolanos que hoy constituimos la mayoría, para que pueda restituirse la constitucionalidad de la república de Venezuela y que ello sólo será posible cuando cada uno de sus ciudadanos asuma la responsabilidad que implica garantizar la plena vigencia de sus derechos.

Llegó el momento de hacer realidad la tradición de compromiso que siempre los venezolanos han tenido para con su historia y su país, sólo el accionar constate, voluntario y responsable de todos sus ciudadanos podrá evitar que los planes de destrucción de la institucionalidad democrática, del cercenamiento de los derechos humanos y la libertad puedan concretarse. No aspires que otros hagan por ti, lo que tú no estás dispuesto a hacer por tu país, por ti y por tú familia. De la decisión que consiente, responsablemente y voluntariamente tome cada uno de los habitantes de este hermoso país dependerá su destino.

El curso de las acciones, las estrategias y políticas a seguir, en estos momentos sombríos para la democracia y la libertad en Venezuela, demandan inteligencia, madurez, unidad y fuerte compromiso con el país y su futuro, obviamente deberán dichas acciones y propuestas estar siempre acompañadas de la gente, no se trata de propiciar acciones inconscientes y voluntaristas, paciencia y cabeza fría y por supuesto compartiendo, al lado de la gente el proceso a realizar. El régimen se sabe derrotado y está a la búsqueda en su desesperación de razones para desatar y profundizar la violencia y el odio que siempre lo han acompañado desde su génesis.


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