55 años después. Por Quién Doblan Las Campanas
El 23 de
Enero. Murió una Era. Nació Otra
Caracas.
22/01/13.- Corrían los estertores del último año. El silencio recorría tembloroso valles y montañas. El
miedo y la fatiga atenazaban los adoloridos músculos luego del esfuerzo
fallido. Las pesadas cadenas de la noche impedían otear con claridad el
horizonte. Con poca luz y mala brisa
eran pocos los que se atrevían a fijar rumbo claro en un mar Caribe infectado
de esbirros y soplones. Todo parecía consumado y el régimen creía, se
eternizaría muchos años más en el poder. Había ganado cómodamente las últimas
elecciones, la oposición languidecía en las mazmorras, en el exilio, en la
anomia rumiando sus pasadas derrotas, auto lacerándose por sus errores,
disputándose cual borrachos la última gota de una botella vacía. Todo parecía
perdido.
Pero,
lentamente la luz y la verdad encontraría la ruta de regreso, tímidamente la
libertad abriría nuevos causes. Saliendo lentamente de las entrañas del
monstruo valientes oficiales indignados por la corrupción, las tropelías, la
censura y el abuso permanente tocaban puertas, solicitaban apoyo para enrumbar
al país por la senda de la libertad, el bienestar y el progreso para todos.
Desde los púlpitos se clamaba por la paz, el dialogo y la reconciliación. Los
cancerberos del régimen se preguntaban con sorna”Cuantos batallones tiene el
Papa” para despreciar con sectaria indiferencia los llamados a construir un
mejor país.
La fuerza
telúrica de los indignados se desplegó con inusitada rapidez, el gigante de
pies de barro disfrutaba plácidamente de su opípara orgia, los buenos vinos
y el añejo adormecían aún más sus
sentidos. Solo atinaba y quería oír loas
y elogios, aplausos y vítores. Cual Narciso se regodeaba sensualmente frente al
espejo, queriendo ver solo la lozana imagen del Dorian Grey en que se había convertido, en el fondo se
ocultaba la dura realidad, el feo monstruo en que se había transmutado. Cuando helicópteros
y aviones surcaban raudamente los aires y los pesados tanques se abrían paso
por calles y avenidas. Cuando plumas y palabras, prensas e imprentas se
arrancaban la mordaza para gritar con fuerza sus ansias de democracia y
libertad. Cuando desde todos los rincones se alzaban voces de protesta y cuando
la ira del pueblo comenzó a rugir, los esbirros y testaferros del régimen
comenzaron desesperadamente a huir.
El autócrata
sorprendido no atinaba a entender lo que ocurría, sus secuaces corrían presurosos
a asaltar lo que quedaba del botín, sus antiguos amigotes ya no respondían sus
llamadas, desesperado pidió lo dejaran irse a la Isla de sus sueños con algunos
recuerdos familiares y pesadamente despego de la Carlota en su avión “La Vaca
Sagrada”. Atrás dejo una era para el dolor y el olvido.
El 23 de
Enero, lo que parecía imposible pocos meses atrás se lograba. La Democracia y
la Libertad encontraron fuerzas para emerger del propio seno del régimen, el
peligroso y audaz esfuerzo de la resistencia había logrado sus frutos. Pero no
todo estaba concluido, no se trataba solo de un cambio de forma, de un “quítate
tú para ponerme yo” había que ir al fondo y se firmo un pacto de
gobernabilidad, un acuerdo a largo plazo para comprometerse a que la unidad
conseguida no fuera flor de un día, para garantizar que las gotas de petróleo
llegaran a todos, que la justicia brillaría y seria garantía de respeto de los
derechos humanos para los venezolanos. Consenso que legaría una constitución
garante de lo que tanto había costado conquistar. Acuerdo de caballeros para no
olvidar al pueblo que había dado su vida en la lucha por conquistar la
libertad.
El 23 de
Enero del año 1958 murió una era de oprobio, finalizo un periodo que había
conculcado libertades y derechos. Que convirtió al estado en un rehén de los
caprichos personales del autócrata. Que manejo y derrocho los recursos de todos
los venezolanos solo para satisfacer su vanidad y ansias de poder. Que
esclavizo generaciones solo para construir pirámides y monolitos que
eternizaran su ego. Pero, nació una nueva era de compromisos, esperanzas y
sueños, de errores y aciertos. Y es a eso que le temen los tiranos de ayer, de
hoy y de siempre:
Alternabilidad en el gobierno. Transparencia y equidad en el
manejo de los recursos. Equilibrio de Poderes. Descentralización y federalismo.
Respeto a los Derechos Humanos. Igualdad ante la Ley. Educación de calidad para
todos. Libertad de información y comunicación. Garantías de elecciones libres y
secretas. Dialogo, paz y reconciliación. Respeto a la propiedad y al esfuerzo
creador. Trabajo y bienestar para todos.
UNIDAD Y EL FUTURO SERÀ NUESTRO
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