Los Retos del 2020. Qué No Muera La Esperanza.
Caracas 13/01/2020.- En
los estados frágiles como Venezuela luego de 20 años que “Gobiernos de Izquierda”
tomaran el infierno por asalto, cualquier
tropelía es factible, todo puede ocurrir en la dimensión desconocida de Macondo,
en las revoluciones no hay tiempo ni interés en pensar, simplemente él sistema
ha muerto, la consigna sustituye la idea, todo se inventa, lo imposible, la
singularidad es lo cotidiano, la ley de la gravedad deja de existir, el fin
justifica los medios y todos caminan sobre las aguas. El caos, la anarquía según la óptica de la
razón dominan, pero dichas acciones se adecua a otra visión, la bizarra existente
en el seno de la “clase burocrática dominante”, el “Socialismo siglo XXI” llegó
para quedarse y hay que acostumbrarse a la
sucesión de hechos inauditos, la negación de la verdad, de la razón occidental
será la constante, la anomia institucional (eliminación del estado y la
propiedad burgués) y la indiferencia
mediática oficial (Hegemonía cultural) ante el desastre país será la respuesta
al clamor ciudadano, las mentiras se harán verdades, la censura la norma y el
show debe continuar.
La banalidad
comunicacional afirma que somos la nación con la mayor máxima de felicidad
posible y la indiferente pasividad
ciudadana parece comprobarlo. La
cleptocracia que nos domina es capaz de las cosas más abyectas mientras imperturbable
baila ante un público famélico que lo
aplaude narcotizado, una corte internacional que lo celebra feliz en nombre de
la geopolítica del odio a la civilización cristiana, una izquierda frenética
global que vitorea sus desmanes contra el viejo orden y el capital, la
derivación negativa de una clase política envilecida y divorciada de cualquier
sentido decente e histórico hace posible la repetición de episodios cada vez
más viles y torvos. El corolario aparente es que todos somos cómplices y nadie
puede lanzar la primera piedra.
El 5 de enero 2020 se
perdió lo poco que quedaba de democracia en un país que tiene su historia llena
de caudillos y militarismo, los villanos se disfrazaron de señores, cambiaron
de bando sin rubor alguno, argumentaron
la rectitud de sus motivaciones para encubrir sus turbias acciones y reconocer
de hecho que el proceso de destrucción actual es lo mejor que le pudo haberle
pasado a Venezuela, “Arrasarlo todo para que nazca lo nuevo” claman los
palangristas de oficio. Afortunadamente para el país decente la farsa les duro
poco y la directiva sustituida recibió una 2da oportunidad, pero
lamentablemente todo parece indicar que el cantinflerico sainete y la existencia de poderes bicéfalos continuaran.
Ya esto había pasado
antes, con la coronación faraónica de CAP II, la plebe envilecida por el
rentismo y el populismo un 27 y 28 de
febrero del pasado siglo XX salió bravía a reclamar las sobras que les
correspondían del festín, la violencia popular asolo licorerías y joyerías
primero y luego lo que quedaba de emprendimiento productivo, los demonios se
habían desatado ninguna cabeza debía quedar en pie. El rentismo Saudita había
muerto y se anunciaban draconianas medidas para enmendar el rumbo del país.
Tirios y troyanos salieron al unísono a defender sus inmerecidos privilegios y
el experimento de cambio naufrago con la asonada militar del 4 de febrero que,
aunque derrotado prendió en un pueblo desesperanzado y que esperaba ilusamente
el regreso a la Venezuela del ya nunca jamás. Se anunciaron cambios y
rectificaciones que como era lógico nunca ocurrieron y lo peor pasó, el militar
golpista como Atila a Venezuela asolo y con la democracia acabo.
Las turbulentas aguas
siguieron su curso, erosionado el suelo, talados los bosques y con los diques de
contención anulados, sin nada que las detenga, la crecida indetenible ha
seguido su labor de zapa y destrucción, los últimos 20 años nos han regresado a
lo peor del siglo XIX, el siglo XXI se hace cada vez más inalcanzable, todo
avance ha sido negado y sólo subsisten a duras penas aquellas pocas cosas que
las hordas caudinas no han logrado destruir. Como ante la pérdida de la 1era
república en épocas de la lucha independentista la emigración a oriente o a
cualquier lado ha sido la terrible solución encontrada por un pueblo desvalido
ante el continuado proceso de destrucción nacional.
Los buenos,
desilusionados y frustrados de una estrategia que les resulta inútil e
ineficaz, empezaron a irse, lo que comenzó como una llovizna se volvió lluvia
torrencial, las calles y vías de salida se convirtieron en fuerte torrente,
como sea había que marcharse y se fueron con la esperanza de algún día volver.
La Nueva República de Venezuela se constituiría en el exilio.
El punto de no retorno
hacia un país con moral y ética parece haberse alcanzado. No habrá hoja de
parra por grande que sea que encubra la sordidez y la miseria que precedió los
actos del 5 de enero 2020. Y como evidencian los hechos y el profundo rechazo
que tales actitudes han generado, la historia no los absolverá.
Los bribones armaron la
fiesta, diseñaron la estafa y a su alrededor se tejió una telaraña de intereses
y equívocos para hacer creíble la farsa, años de clientelismo y rentismo
petrolero hizo que muchos siguieran la costumbre nacional y se pusieran efectivamente
donde hay, el dinero no tiene ética y con sus principios amellados por la
ausencia de calidad y densidad política, sin norte propio comenzaron a aplaudir
las mentiras y a enchufarse en la criptoeconomia que propugna la revolución
virtual. En tiempos de la postverdad, del relativismo cómplice, el régimen hace
suyo cualquier discurso postmoderno y oportunista, levantando montañas de
falacias y palabrerío vacías para justificar sus alucinaciones utópicas.
Lo que era un secreto a
voces, progresivamente se fue haciendo realidad, gracias a una sucesión
continuada de errores y desencuentros tenia necesariamente que hacer metástasis
la conspiración, la acción política se había venido degradando lentamente, la
antipolitica, la vanidad, la prepotencia hacían su erosiva labor y se sumaban
al terrible cóctel que contenía como principales ingredientes la
miopía y el sectarismo. Las metas planteadas sobrepasaban la capacidad real de
lograrlas, tal vez ese era el plan, fracasar una y otra vez para generar la
sensación que el camino pacifico, legal, electoral y constitucional era
infructuoso. Las marchas y las acciones cívicas se estrellaban una y otra vez
contra el escudo brutal e insensible de la represión. El gobierno vil las
ganaba todas y el pueblo desarmado las perdía todas. Inútilmente se desangro la juventud ante el
muro de la soberbia y la estupidez.
El tirano bramaba feliz
en su orgasmo de violencia y de demostración militar de poder, abundaba la
sangre y el llanto se derramaba una y
otra vez, el futuro se diluía en cada
enfrentamiento, las mazmorras acallaban con sus densos muros los gritos
generado por la tortura sistemática. El mundo se debatía entre la indiferencia
y el estupor, la geopolítica hacia su lúgubre labor de acallar los gritos de
auxilio con silencio cómplice. Los generales ganaban estrellas en cada batalla
desigual, escudos de cartón contra lo mejor del armamento ruso y chino pero lo
que resultaban victorias militares del régimen eran, según los proponentes de
la épica de la liberación victorias mediáticas, son el daño colateral
necesario, las victimas de hoy serán los héroes del mañana, la operación
libertad está en marcha y más temprano que tarde llegara la primavera y
retornara la democracia.
Se entregaron todos los
espacios, la abstención deslegitima al autócrata y lo vuelve usurpador, pronto
las fuerzas internacionales nos liberaran y tantas muertes habrán tenido
sentido. Mientras tanto el país se nos fue, la profundización de la crisis, nos
hacía a todos escuálidos, famélicos y cubiertos de harapos, la gente hacia cola ante el conteiner de
basura, se amanecía para intentar comprar un madrugo de pan. La multiplicación
de la pobreza lejos de debilitar al tirano hambreador lo hacían paradójicamente
más fuerte, la dependencia del bono, del Clap, del trabajito, de la ayuda
oficial se hacía cada vez más y más grande. Hoy los anaqueles están llenos,
aunque los estómagos continúan vacíos. Hoy el dólar criminal es al amo y señor
de nuestra economía. Todo ha cambiado para que nada cambie.
Qué No Muera La
Esperanza. Ni Dios ni ningún ciudadano digno quieren una Venezuela así. Somos mayoría
y nos asiste la razón. Con sangre, sudor y lágrimas atravesaremos el desierto.
Con unidad, organización y constancia derribaremos los muros y venceremos. Con
alegría, amor e inteligencia conquistaremos el país que queremos y nos merecemos.
Con trabajo, disciplina, fe y firmeza
haremos que nuestros sueños se hagan realidad.
Angel Cacique. caciquecatia@gmail.com. @angelcacique. 04241685307.
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