El 69% del total de efectivos Militares lo constituyen las Milicias
Bolivarianas.
COPEI: La Solución de los problemas: No es que existan más armas y
menos Escuelas. Más Tanques de guerra y menos Tractores. Más Soldados y menos
Trabajadores.
Caracas 25/05/2013.- A Raíz
del anuncio del ex presidente Chávez en cadena nacional en diciembre del 2012
que sería sometido a una delicada operación y un complejo tratamiento médico en
Cuba y la propuesta que su candidato sería Nicolás Maduro, todo el país se vio
sometido a una gran incertidumbre en relación al desarrollo de los
acontecimientos. Posiblemente contribuyo a la escalada de rumores la escasa
transparencia en el manejo de la información de tan inusual situación por parte
del gobierno transitorio. Fueron largos meses de angustia antes de conocer el
trágico desenlace, seguidos de un prolongado luto que culmino con la repetición
de las elecciones el 14 de abril del 2013.
El resultado cerrado de dichas
elecciones en las cuales ambos bandos se atribuían el triunfo fue zanjado por
la decisión del árbitro electoral con el rechazo unánime de amplios sectores
dentro y fuera del país, acontecimientos que prolongaron la incertidumbre y
extendieron peligrosamente la parálisis tanto de los sectores ejecutivos del
gobierno como de casi la totalidad del aparato productivo del país.
El año 2012 había sido
particularmente espléndido en relación a los ingresos extraordinarios, los
precios del barril de petróleo alcanzaron marcas récords por encima de los cien
dólares, barrera que se consideraba imposible de superar en los años
anteriores. El volumen de millones de dólares de ingresos, el traslado al país
de las reservas del oro y el triunfo electoral de Chávez en las elecciones del
7 de octubre del 2012 presagiaban la continuación por seis años más del
proyectos del Socialismo del Siglo XXI.
Pero obtenido el triunfo por
Nicolás Maduro, según cifras oficiales del CNE. Lo que parecía un sueño: un
país que vivía una ilusión de
prosperidad, triunfo y armonía se vio confrontado con la dura realidad de la
necesidad aplicar una serie de devaluaciones y modificar adicionalmente el
régimen cambiario para detener, según voceros oficiales la sangría y fuga de
divisas, poner orden en la deformada economía del país, impedir el contrabando
de extracción e intentar recuperar el aparato industrial y productivo nacional
constreñido por la economía de puertos, la escasez de divisas, la excesiva
liquidez y el aumento desmedido del gasto público, la injerencia partidistas en
las decisiones de diseño de las
políticas económicas marco que genero
inflación escasez, desabastecimiento y prolongo la incertidumbre, la
inseguridad jurídica, desestímulo la inversión y cuasi paralizo el aparato
productivo nacional.
Devaluar, restringir la liquidez,
desregular precios y controles, diseñar las nuevas políticas cambiarías,
cumplir los acuerdos con Petrocaribe, el Alba, Mercosur. Estimular el aparato
productivo. Generar Confianza. Modificar leyes y reglamentos. Diseñar nuevas
políticas económicas ante el fracaso evidente de las aplicadas con
anterioridad en un marco de
confrontación interna hacia el seno del partido de gobierno y en paralelo con
un movimiento opositor en franco desarrollo. No resulta fácil de resolver.
Pero, la salida propuesta no puede
ser la militarización aún más de la sociedad venezolana. Es importante que el “nuevo
gobierno” aborde el delicado problema de la inseguridad, la violencia y el
excesivo número de armas ilegales existentes en el país. Pero, nos preocupa aún
más el reciente anuncio oficial de crear las milicias obreras, distrayendo a
emprendedores, trabajadores y empresarios de su labor fundamental, aumentar y
desarrollar el aparato productivo nacional. En momentos de graves problemas
presupuestarios que impiden atender necesidades de Docentes y universidades la
solución más racional no parece ser invertir en más armas, en tener más
soldados y desmantelar universidades y el ya muy debilitado aparato productivo
nacional